sábado, 4 de abril de 2015

DISCUSIÓN Y DEBATE SOBRE EL ROL DEL DOCENTE INVESTIGADOR. ASPECTOS ÉTICOS


PREGUNTA PROBLEMA

Cómo desde el rol de investigador-evaluador curricular en una institución educativa se debe manejar en forma profesional los aspectos éticos?


Abrieron la discusión en este foro, de fecha 03/04 de 2015 los siguientes especialistas:

FERNANDO GÓMEZ PATIÑO


El manejo de la ética en la investigación educativa se constituye en un aspecto relevante para el investigador evaluador. Las consideraciones conceptuales sobre el papel de la ética deben ir de la mano con el bagaje etimológico y científico de la acción investigativa.

Ha sido muy oportuna la lectura de “la ética en la evaluación”, ya que ha permitido seguir enriqueciendo el referente conceptual frente al proceso de investigación y nos da luz sobre una realidad que nos espera en nuestros contextos.

Las cuestiones éticas son consideradas, la mayoría de las veces, como algo secundario en la práctica, ya que no se encuentran definidas con pautas establecidas, dejando que cada evaluador, con base a una referencia, establezca y siga sus propios criterios éticos (Eisner, 1998).

Desde esta perspectiva y atendiendo las ideas relacionadas con el manejo de la información, el juicio de Becker cobra fuerza al plantear que “…el problema no consiste en evitar dañar a personas, sino en decidir a qué personas dañar”. Si el evaluador no sigue unos parámetros éticos; sino que valora de acuerdo a criterios  viscerales, la decisión de “dañar” o mejor, evaluar podría estar arraigada en la subjetividad del evaluador.

En este punto, surge este interrogante: ¿es objetiva una investigación en la que el evaluador considera los principios éticos como carentes de importancias en concordancia con la acción de recabar información para emitir juicios de valor?

A la luz de lo leído, para acercar nuestro trabajo de investigador-evaluador a criterios de eficiencia y eficacia es necesario considerar los principios éticos vinculados a la evaluación. Comulgar con MacDonal (1977) es un buen punto de partida para demandar información que permita  la evaluación. Trabajar bajo los principios de confiabilidad, negociación y accesibilidad permitirían ganar la confianza de los actores implicados en el proceso y  acceder a información veraz con mayor certeza. Esto bajo un pacto de  acuerdo en el que las partes se sientan cómodas haciendo un trabajo para un bien común.





ADRIANA FONTALVO FONTALVO

Pienso que antes de iniciar un proceso de evaluación dentro de la escuela, se hace necesario tener en cuenta cómo va a estar inmersa la ética dentro de ésta; puesto que vamos a tratar con individuos, así como lo afirma MAC DONALD (1977), "esta cuestión tiene especial importancia porque las descripciones de los sujetos de evaluación siempre conllevan consecuencias sociales". Lo que nos pone a pensar en que nosotros como ivestigadores evaluadores debemos tener las herramientas necesarias para llevar de manera adecuada el flujo de información.

Dentro del texto, nos muestra que uno de los problemas morales en la investigación que pueden encontrar los evaluadores es el uso de la información aportada por la evaluación pero no prevista. Nosotros como investigadores nos corresponde estar abiertos y atentos a este tipo de información, tenerla de base y a partir de ella realizar las aportaciones necesarias para la mejora de situaciones. Manejaríamos ésta de manera muy cuidadosa, mencionando lo que se viene dando pero de manera muy general, lo que nos lleva a tener la información, manejarla y de allí emprender acciones para su mejora.




LUISA VENCE PÁJARO


Hola Compañeros, reciban un fraternal saludo.

Los invito a que reflexionemos sobre ¿Cómo desde el rol de investigador- evaluador curricular en una instancia educativa se debe manejar en forma profesional los aspectos éticos?

 Desde mi punto de vista, esto se debe manejar a través de las tres fases [1] propuestas por MacDonald (1978):

La fase descriptiva que “podría consistir en que los profesores se consideraran así mismos como fuentes de datos, dado que llevan consigo un bagaje acumulado de experiencia práctica. Sin embargo para poder basarse en esa experiencia necesitan  que se les estimule  a ser más autoconscientes (y autocríticos) al informar sobre su práctica”. Una forma de lograr esto en nuestro contexto, por ejemplo,  sería proponerles a los docentes hacer una autoevaluación en el  área de gestión académica al proceso de gestión de aula, basados en la guía para el mejoramiento institucional M.E.N(2008), específicamente al componente de evaluación en el aula[2]. Luego, que entre compañeros más cercanos  o pares graben sus prácticas de aula y a través de una rúbrica (previamente diseñada y conocida por todos) analicen, evalúen y reflexionen al respecto de dichas prácticas. Todo lo anterior, con el fin que contrasten los resultados de ambas evaluaciones, empiecen a emitir juicios “autoconscientes” sobre su práctica, a “ser más autocríticos” y por ende a orientar su proceso en la toma de decisiones dentro de los criterios mencionados por Weiss(1995) validez, confiabilidad y objetividad .

Fase anecdótica: “Que representa el paso hacia los informes de los profesores sobre su propia actuación y la recogida de información sobre incidentes críticos” (p290). Cuando se estimula al docente a reflexionar sobre su quehacer pedagógico, es más factible que acceda a dar información sobre su actuación.
Fase de crítica educativa formal: “Que lleva consigo procedimientos formalizados de investigación y deliberación” (p290).

Referencias bibliográficas:
[1] McCormick, R. y James, M. (1996). Evaluación del Curriculum en los centros escolares. La ética en la evaluación. Traducción por Pablo Manzano. Madrid: Ediciones Morata. (p290).

[2] Ministerio de Educación de Nacional.(2008). Serie guías N°34: Guía para el Mejoramiento institucional. Bogotá D.C. Colombia. (pp106 -132)
De antemano, muchas gracias por leerme.

Luisa Vence







ROSANA GÓMEZ PATIÑO


El debate abierto sobre las cuestiones éticas en torno a las formas de investigación educativa enfrenta muchas problemáticas en cuanto al  acto evaluativo en su dimensión de lo ético, pues se pone en juego situaciones como el derecho a la intimidad y conocimiento del público.

Generalmente, las conclusiones del resultado de la investigación están proporcionadas en un aspecto de rigor moral en la manera de hacer frente a la responsabilidad de facilitar un servicio de información a la comunidad. Es muy cierto, y casi improbable que  se pueda realizar una evaluación sin que dañe a individuos o grupos.

La comprensión textual de este apartado nos da a entender que el solo hecho de poner públicamente información deja en posición desfavorable a ciertos grupos. En el campo docente, los que llevan a cabo procedimientos investigativos o estudios de caso tienen que estar convencidos de que los beneficios generados de la misma superen los perjuicios del momento.

Así lo expresan,  Becker (1970) “el problema no consiste en dañar a las personas, sino en decidir a qué personas dañar”. Otros como Stephen House (1982) manifiesta que este tipo de información” no solo pone en peligro las relaciones personales, sino que modifican el equilibrio de poder.

Cabe resaltar una serie de cuestionamientos señalados por McDonald y Walker, (1977) que surgen en torno a los estudios de casos que han de tenerse en cuenta a la hora de planificar y hacer un trabajo de  investigación y evaluación a la comunidad educativa, se mencionan a continuación:

• A quienes corresponden las necesidades e intereses a los que responde la investigación?

• Quién es el propietario de los datos (el investigador, el sujeto o el patrocinador?)

A manera de respuesta, Simons (1977) establece procedimientos para que los profesores lleven a cabo evaluaciones en la escuela: “el evaluador no informará a nadie ni examinará documentos pertinentes respecto a una persona concreta sin su debido consentimiento”  “quienes faciliten datos para la evaluación deben mantener el control respecto a los destinatarios de la información”.

En mi opinión, creo que la forma de manejar los aspectos éticos de manera profesional en la institución educativa para el desarrollo de las investigaciones tiene que ver con el cumplimiento en rigor de ciertos criterios (los más esenciales)  dentro de los cuales están la escogencia respetuosa y justa de los participantes en las investigaciones sin prejuicios personales o preferencias. Los riesgos para los participantes deben ser mínimos, no superiores a  los beneficios potenciales. Debe haber un consentimiento de parte de los individuos si éstos van a ser objeto de investigación, además de proporcionarles protección a su privacidad